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31/1/13

¿Qué quieren los Editores?



En serio, ¿alguien sabe qué quieren los editores, aparte de los editores? Cada editor debe tener una lista específica de lo que necesita de un autor. Pero al margen del género literario en el que trabajen, sé que hay algo que todos quieren.

Quieren autores editables. Claro, si son editores. En serio.

Un autor/a que trae su bebé impreso en hojas perfumadas y que no admite ningún comentario acerca del tema, la historia, la estructura, el arco argumental, la verosimilitud de los personajes y las situaciones, ¡Los diálogos, por Deus!… Ese tipo de autor/a no tiene cabida en la industria editorial.

A todos nos pueden corregir el estilo, la puntuación, las voces pasivas, las faltas de ortografía y los textos confusos. Pero eso no es editar.

Cuando el editor o editora son realmente buenos, las novelas pueden cambiar completamente (con tu beneplácito), a partir del borrador 1 al décimo y todos los que sean necesarios. El ideal es que trabajes la historia antes de escribirla, para que el borrador tenga la menor cantidad de ediciones posibles, pero es cierto que lo que escribiste originalmente y lo que sale publicado puede que no se parezcan en nada. Trabaja en tu historia antes de escribirla, y de verdad el proceso de edición se reducirá al mínimo.

Tengo entendido que los editores se dan plazos para trabajar con sus autores. Si el autor/a demora más del tiempo razonable en trabajar su texto, corregirlo y/o editarlo, entonces tampoco es un autor en el que se pueda confiar. Los editores trabajan con un deadline, tienen objetivos económicos y hay épocas del año en las que salen publicados todos los títulos nuevos, en primavera usualmente, que es cuando los lectores compran. Por lo tanto, el libro tiene que estar en imprenta antes que termine el invierno. Entonces el proceso de edición probablemente te tomará todo el otoño. Si trabajas y/o estudias el tiempo será escaso.

Un escritor que admite la entrada de un editor/a a su mundo escrito, es un escritor publicable. No se trata de tranzarlo todo, hay ciertos aspectos de la historia que son el código fuente, el tronco sobre el que se sostiene todo lo demás y tenemos el derecho inalienable de mantener esa idea principal, esa estructura básica de nuestra historia.

Los personajes pueden mutar, les puedes agregar o quitar características, darles un propósito más complejo o simplificarlo. Los personajes y sus diálogos son editables. Ten en consideración que al editar un personaje, se mantenga consistente de principio a fin. Si es un tipo gruñón, que siga siendo gruñón con el mundo, incluso cuando le toca dar el biberón a un huérfano, pero cuidadoso y cariñoso con el niño entre sus brazos. Si es una chica tierna y dulce, que mantenga esa ternura y dulzura incluso cuando porta un arma y esté asustada o ansiosa (a no ser que la dulzura sea una máscara). Juega con esto, es tu historia, el editor te ayudará a enfocar mejor tus esfuerzos.

El Logline y la Premisa no se tocan. Y si el editor insiste sobre una premisa distinta o un logline distinto, pues esa es otra historia totalmente distinta de la que presentamos originalmente. Es una novela diferente. Y también la podemos escribir, pero es extraño, incluso improbable, que un editor quiera «editar» la premisa de tu historia, porque en esa premisa ponemos algo de nosotros mismos, de nuestras creencias. Y esa premisa nos da una luz acerca de cuál podría ser el final de la historia. Si cambias la premisa, cambia el final y en retrospectiva cambia todo en tu novela.

Puedes editar los personajes, los diálogos, los giros de la historia, los eventos que desencadenan movimiento, los conflictos, los intereses románticos, las reglas que rigen la fantasía de tu obra, también, puedes editar casi todo y de todas maneras sigue siendo tu historia, tú la escribes, sale de tu cabeza.

Resumiendo: un editor quiere, necesita, autores editables y que cumplan con los plazos. Tú tienes derecho y poder sobre tu obra, y hay ciertos elementos de tu creación que no son editables. Todo lo demás, puedes modificarlo según el criterio que hayas consensuado con el editor.

Y que sea un editor profesional. No porque la persona se coloque la chapa de «editor» y trabaje en una editorial, significa que sea realmente un/a editor. Investígalo, antes de firmar nada.

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