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17/7/12

La creatividad se puede aprender

En general todos somos creativos, siempre. Algunas personas pueden tomar decisiones y resolver problemas. Otras construyen mundos en su cabeza. Y algunas escriben esos mundos.

No hay nadie que sea completamente nulo a la hora de crear. Todos somos creativos.

Pero es cierto que hay personas que no pueden componer música, no sin pasar antes por un proceso de entrenamiento. Lo mismo sirve para el escritor. Me gusta el rock, me sé canciones de memoria, los punteos, la letra, el bajo y la percusión. Podría escuchar un segundo de una melodía que me gusta y reconocerla de inmediato. Pero soy un pelmazo a la hora de componer guitarra, no tengo voz para cantar ni la coordinación necesaria para tocar la batería.

Hace más de una década me regalaron un bajo y aprendí a tocarlo, con mucha práctica, afinando el oído para reproducir las líneas melódicas de las canciones que me gustan. Así me convertí en bajista, amateur, de punk-rock.

¿Qué tiene eso que ver con la escritura? ¡Pues todo! No me levanté un día sabiendo escribir. Tenía mala ortografía y pésima caligrafía. Pero quería ser escritor. Tenía ideas locas que me surgían al leer libros de fantasía. Y esto tampoco ocurrió de inmediato. Primero leí cuentos, después novelas, me habitué a los mundos fantásticos y un día mi cerebro decidió que ya era tiempo de crear mis propios mundos.

Necesité mucho entrenamiento para reconocer una idea buena de una mala, un personaje bien trabajado de uno simple o plano o inverosímil. Aprendí a ser creativo a la hora de escribir, analizando mis lecturas. De la misma manera que me volví bajista, escuchando como otros interpretaban el instrumento.

Si quieres escribir, si te gusta un género literario en particular, lee, lee por montones, lee esos libros que tanto te gustan y analiza eso que lees como lo hacen todos los lectores: lo que te gusta y lo que no, lo que te aburre y lo que te entretiene. Toma lo mejor de cada libro, de su estructura, de su narrativa, y hazlo tuyo. Así, cuando manejes el estilo y la estructura de ese género, ya no necesitarás recurrir a las ideas de otros y tu cabeza comenzará a engendrar ideas por sí sola.

Serás creativo, serás creativa. Y lo habrás aprendido, por tu cuenta.

No es necesario nacer un genio para escribir una novela fabulosa.

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